21 de marzo de 2011

Hormigas





Han llegado las hormigas a la redacción. Un poeta vería belleza en este hecho; aquí en la redacción fue más bien asco lo que produjo.

Siempre me han llamado la atención las hormigas. Cuando caminan solas parecen desorientadas, aparentan no saber a dónde dirigirse, pero en cambio, cuando se juntan para algo, caminan decididas, nunca sé a dónde. Aquí en la redacción formaron una pefecta autopista que nacía de un agujero y moría en otro similar, unos cinco metros después.

Hace tiempo leí algo sobre la teoría de los enjambres. Básicamente lo que dice esa teoría es que las hormigas, o las abejas, o las aves, por sí solas, no son un prodigio de inteligencia, pero en grupos, bandadas o manadas, su potencial es enorme. Creo que éso no nos pasa a nosotros, cuanto más nos juntamos más brutos somos, por eso creo que no me gusta el fútbol.

Las hormigas de la redacción no sé si hacen algo inteligente. Algo inteligente es buscar comida. Lo que me pregunto cuándo las veo es quién es la hormiga lista a la que siguen las demás, y por qué la hormiga lista ha decidido tomar ese camino.

Cuando llevábamos un día de pacífica convivencia con las hormigas, llegó un operario provisto de un veneno para exterminarlas. "Qué pena", pensé, "si las hormigas han decidido vivir aquí, tal vez éste no sea un mal sitio". El operario fumigó, y el camino de hormigas se deshizo, no las hemos vuelto a ver. Selló con su veneno todas las posibles entradas y salidas.
Seguro que sólo murieron las más tontas, las que iban solas, las otras han sido vistas en la redacción de Deportes.


En Radio 3, Javier Hernández.