28 de febrero de 2009

Edelweiss
















Empezó a notar que le faltaba la respiración cuando sus bocanadas en busca de aire se hicieron cada vez más veloces, casi jadeando con el corazón en la boca. Comenzaron a flaquearle las fuerzas y tuvo que pararse. Súbitamente la montaña desapareció y todo alrededor se hizo verde, menos el tronco robusto del árbol sobre el que se apoyó, resoplando.


Un ombú de raíces vigorosas que sobresalían del suelo. Nada más quedarse en cuclillas, sin llegar a estar sentado, con su espalda pegada al tronco macizo y ambas manos asentadas sobre las raíces, como si tuviera que guardar un equilibrio inverso apoyándose desde abajo, la vio.
Estaba a unos pocos metros, sobresalía de entre las piedras de la montaña por la que estaba subiendo, a la misma altura de sus ojos, y era tan hermosa como siempre había imaginado. Sintió que algo no iba bien, pero pensó que debía ser por estar exhausto, tal vez la fatiga impedía que sus ideas fueran nítidas, y por ello su mente no dudó un solo segundo de la realidad que vivía en ese momento, pese a que era imposible que aquella flor existiera junto a un árbol que sólo crece en climas suaves y cálidos; percibió la contradicción sin reparar en ella, asumiéndola en ese ambiente con naturalidad.


Quiso acercarse y de repente se notó ligero como si pudiera volar unos metros hasta alcanzar el lugar donde se encontraba. No tuvo conciencia de haber andado cuando ya estaba junto a ella y alzó su mano derecha para acariciarla en vano. Su intento de caricia quedó frustrado porque la flor se desplazó unos metros hacia arriba. No era posible, pero estaba sucediendo ante su propia mirada. Sólo cuando la tuvo en frente por segunda vez pudo contemplar que en verdad no era una sola flor de pétalos blancos, sino diminutas flores todas juntas de tonalidades doradas con infinitos matices. Elevó el brazo en su dirección y de nuevo la flor volvió a alejarse.
Todo lo demás había dejado de merecer su atención, absorto en la presencia real de edelweiss. Era mucho más que una flor, era tener ante sí la materialización de un ideal de belleza que siempre había imaginado inalcanzable. La recompensa final a su falta de conformismo con su realidad cotidiana. Era mucho más que una flor, sí. Al fin merecía la pena no haberse resignado a vivir los mismos sueños de los demás. Es cierto que para todos los demás resultaría extraño, pero es más cierto aún que nadie salvo uno mismo puede valorar la importancia de un sueño propio.


Y casi tuvo ese sueño entre las manos de no haber sido porque cada vez que se acercaba, la flor volvía a alejarse un poco más. No volvió a notar el cansancio de su cuerpo hasta llegar a la cima, cuando la flor de edelweiss se esfumó y ya fue consciente de que nunca la tendría. En ese momento sintió que se le venía encima todo el peso del mundo y cayó sobre sí mismo, extenuado y sin respiración. Despertó en ese preciso instante, algo turbado. No había sido más que un sueño.


Sin embargo, completamente despierto bastante antes de la hora a la que debía levantarse, sentado sobre la cama después de apagar la alarma del despertador para que ya no sonara, sonreía radiante. Satisfecho, se levantó de un salto y corrió silencioso a la cocina, a fin de comprobar en el almanaque que colgaba de la pared que efectivamente, tal y como había supuesto, acababa de entrar la luna llena. Desde siempre, una vez al mes, la primera noche de luna llena, tenía algún sueño revelador en algún aspecto de su vida. Es posible que su cuerpo físicamente no hubiera estado junto a edelweiss, tal vez no lo estara nunca, pero en algún lugar de su inconsciente había tenido una corporeidad real, aunque no fuera más que con la forma de un sueño que existía dentro de sí mismo, y esa idea le bastaba. Estaba convencido de la realidad soñada: soñaba, luego existía.

Nuestra música












[la escena pertenece a la segunda parte de la película, "el purgatorio", donde una comitiva de intelectuales pulula entre edificios en ruinas de Serbia, mezclando realidad y ficción, aunque Juan Goytisolo y Mahmoud Darwish son tan reales como en la película. Este último es un poeta palestino (en ficción y realidad) entrevistado por una periodista israelí (ficticia) cuando le dice lo de "el mundo se parece cada vez más a Israel" (la peli es de hace unos años y el poeta murió el año pasado) o "un pueblo sin poetas es un pueblo sin historia" (una traducción libre...)]






... cine, poesía, música, historia..., opiáceos en estado puro...

27 de febrero de 2009

No te salves

























La insoportable levedad del carrito de la compra

Corto de Isabel Coixet para Hay Motivo hace unos años.
Aunque muchos de ellos parecen haber olvidado que aún hay motivos...

26 de febrero de 2009

Deja de escuchar la estática!!


- Deja de escuchar la estática.
- ¿Qué cojones quiere decir eso?
- Nada. Que todo lo que hay en este mundo es como una transmisión, buscando su camino a través de la oscuridad. Pero todo, la vida, la muerte, todo, está completamente rodeado de la estática... pschhhhchhhhchhhchhhchhh... ¿Sabes? Pero si escuchas la estática durante demasiado tiempo, te acaba jodiendo.

...obviamente las cinco temporadas completas de la serie A dos metros bajo tierra (Six Feet Under), merecen un lugar de honor en nuestra colección de opiáceos...

¿opiáceos?





Mis opiáceos son libros, películas, canciones, con gran poder adictivo, que actúan rápidamente en nuestro cerebro para calmar nuestras aguas interiores en tiempos de tempestades...

Palabras, sonidos, imágenes, nada que ver con otras sustancias, polvos o pastillas...

"... este término es con frecuencia usado incorrectamente para referirse a todas las drogas con acción farmacológica similar al opio o a la morfina. Éstas pueden clasificarse más apropiadamente bajo el término opioide..."
(wikipedia:opiáceo)

...el primero en la lista de opiáceos, por tener el mérito de narrar la literatura opiácea de su protagonista, LOS REINOS DE LA CASUALIDAD, de Carlos Marzal, por Tusquets Editores, hacia la página 260, desde ahí puedes leer hacia delante o hacia atrás...

...en la página 264 hay una buena definición para este blog:
"una peregrinación interior ... hacia las zonas ociosas de su imaginación"

http://www.literaturas.com/v010/sec0601/libros/resena-01.htm

3 de febrero de 2009

El hombre es vil, a todo se acostumbra

Todos podemos convertirnos en Raskolnikov en estos tiempos, criminales desesperados por la falta de algo tan superficial como el dinero. El dinero es el motor del mundo que hemos creado, y quien no lo tenga termina por no pertenecer al mundo. No hay vida sin consumo en nuestra realidad cotidiana, y esa desesperación podrá sacar lo peor de nosotros mismos. ¿Seremos capaces de todo por mantenernos a flote en esa realidad falsa que se ha construido sobre el dinero? "El hombre es vil, a todo se acostumbra", es un pensamiento que tiene el protagonista de Crimen y Castigo al comienzo de la novela, y sirve de respuesta.










Yo pienso en los directivos de Endesa, Telefónica y Repsol, empresas españolas que han tenido beneficios multimillonarios estos últimos años, mientras muchas personas corrientes nos gastamos hasta el último céntimo de nuestro trabajo en comprarles los bienes imprescindibles para nuestra vida cotidiana.

¿Tuvieron los directivos de estas empresas padres pensionistas? ¿Se vieron sin trabajo alguna vez? ¿Son todos sus familiares jóvenes y sanos?

Por más que intento explicármelo no logro entender la decisión de subir el precio de esos bienes básicos a lo largo de todo el año, la luz, las llamadas teléfonicas, la tarifa mínima, la gasolina, la calefacción... por no hablar del acoso a ancianos y adolescentes por conseguir nuevos contratos.

Y todo para seguir con beneficios multimillonarios.

¿Cuántos millones cuesta la publicidad de estas empresas? Estos anuncios tan bonitos de la nueva era por un medio ambiente con energías sostenibles, ¿cuánto cuestan?

Parece que sí, que el hombre es vil, y a todo se acostumbra. El crimen está claro, ¿cuál será el castigo?

Lo bueno de los tiempos de crisis es que traen consigo cambios. Tal vez dentro de unos años el odio que la avaricia de estas empresas genera en muchos de nosotros sirva para buscar una gestión distinta de esos bienes. ¿La solución vendrá de los políticos? ¿Para qué existen tantos Ministerios y Agencias por todas partes si no son capaces de garantizar un precio digno para los servicios más básicos? Desde el poder nadie actuará para cambiar el sistema que les ha facilitado llegar al poder. Ni a nivel nacional ni a nivel local. Los primeros seguirán cobrando cada mes nóminas millonarias por sus grandes trabajos en torno a la justicia, las autonomías, o la igualdadzz. Los segundos seguirán enriqueciéndose con sus corruptelas de extrañas comisiones y tráfico de influencias.

¿Y qué hacemos los demás? Aguantar hasta que no podamos más, y más allá. Tal vez cuando ya no quede nada que se pueda robar, el dinero dejará de ser la medida para todos los valores de nuestra sociedad. Y se creará una nueva medida, y sobre ella una nueva política, una nueva economía y una nueva sociedad.

El capitalismo ha demostrado que el dinero genera más dinero. Pero cuando la gente empieza a quedarse sin nada, la falta de dinero genera más falta de dinero. Todo terminará explotando por alguna parte...
Y los que más temen esta nueva situación son precisamente los que la están acelerando. Tal vez les terminaremos dando las gracias!