18 de junio de 2010

Pensar, Pensar, Saramago

Libros
Por Fundação José Saramago
Empezar a leer fue para mí como entrar en un bosque por primera vez y encontrarme de pronto con todos los árboles, todas las flores, todos los pájaros. Cuando haces eso, lo que te deslumbra es el conjunto. No dices: me gusta este árbol más que los demás. No, cada libro en que entraba lo tomaba como algo único.

El País Semanal, Madrid, 29 de noviembre de 1998

Sus árboles crecen sanos y con raíces cada vez más fuertes en la mente de quienes leímos su obra. Se han convertido en grandes árboles personajes como Raimundo Silva, un corrector de pruebas que pudo cambiar la historia con cambiar una palabra; o la mujer del médico, que finge perder la vista para guiar a su marido, y a nosotros mismos, en un mundo de ciegos; o el bueno de don José y su gran historia de amor por una mujer desconocida, a través de su expediente en el Registro Civil; o el alfarero que gracias a su dignidad puede arrojar luz sobre la oscuridad de cualquier "caverna".....

Hoy 18 de junio, la entrada de un blog de Saramago lleva por título "Pensar, pensar" y recoge un fragmento de una entrevista de finales de 2009 :
Creo que en la sociedad actual nos falta filosofía. Filosofía como espacio, lugar, método de reflexión, que puede no tener un objetivo concreto, como la ciencia, que avanza para satisfacer objetivos. Nos falta reflexión, pensar, necesitamos el trabajo de pensar, y me parece que, sin ideas, no vamos a ninguna parte.

12 de junio de 2010

Yo no mato el tiempo





No.
No hay que ir simplificando.
Lo dije hace un mes pero ya no me lo creo. No hay nada de malo en tener ideas contradictorias, te puede gustar una cosa y su contraria, se pueden buscar tesoros distintos. No me gustan los packs "todo en uno". No entiendo por qué la gente siempre tiene tanta prisa por encontrarlo todo, cuando lo natural es disfrutar de lo que cada cosa te ofrezca en su momento, con serenidad. La obsesión por encontrar resultados ha crecido tanto que ya todo parece definido previamente por el resultado que se vaya a obtener. Paso de simplificar una búsqueda, de reducir las cosas que hay a mi alrededor, de adaptarme a un modo de vida, de amoldarme a unas ideas...
Bastante tenemos con asumir un montón de obligaciones diarias...

Esta mañana haciendo limpieza en el trastero he encontrado una caja con cosas que tenía en mi cuarto en la casa donde vivía de niño, entre ellas había un pequeño ángel celeste hueco por dentro, con un agujero por detrás casi tan grande como su cabeza, para colgarlo en la pared. Dentro había un papel doblado no menos de diez veces hasta dejarlo del tamaño de una uña. De niño jugaba mucho a las pistas, escondía papeles donde escribía una pista sobre el lugar donde se encontraba escondida la pista siguiente, hasta encontrar el último papel donde escribía el mensaje final, cualquier chorradilla que se me ocurriera en ese momento...

El ángel que he encontrado esta mañana debió de ser el lugar que elegí para guardar una última pista, y al desdoblar el papel he leído con mi letra de diez años el mensaje que escondía: bic naranja escribe fino, bic cristal escribe normal.

No tiene ningún significado especial, seguro que incluso me reí más cuando lo escribí hace veinte años que cuando lo he leído hoy, pero la ausencia de significado me lo deja claro, lo importante no es conseguir la meta final, lo divertido es jugar.



3 de junio de 2010

Alcachofas (Sólo para adultos)



Hay que ver cómo pasa el tiempo. Y que siga pasando. Recuerdo hace unos años, cuando comenzábamos a ser jóvenes, e inocentes creíamos que comenzábamos a ser adultos. En el fondo éramos unos críos con aspiraciones de madurez.

Conso, una amiga, me contaba que notaba su nueva edad, estaba siendo consciente de ella, por algunos hechos irrebatibles que confirmaban que ya no éramos unos niños.

El primero, las noticias. Llega un momento en el que de repente te descubres interesado viendo el telediario. Hasta entonces había sido un ruido molesto en el ambiente, casi desapercibido, y después en cambio terminas prestándoles atención. E incluso te gustan. Quieres saber cómo está el mundo, y sabes que necesitas saber en qué mundo vives. Estás creciendo, sin duda.

Otro hecho incuestionable de la recién estrenada vida adulta: los ensayos y documentales. Hasta ese momento eran insoportables, aburridos y soporíferos; vamos, un coñazo para echar la siesta viendo La 2. Y sin saber cómo ha sido, te sorprendes en una charla con tus amigos comentando alguna idea interesante que has leído en un ensayo. Oye, que resulta que te interesan, te hacen crecer y te descubren ideas nuevas, nuevas perspectivas, posturas críticas que no tienen cabida a través de las vías culturales mayoritarias. Amigo, si renuncias a ver la última peli de algún super héroe y te metes en la sala del documental, porque te mueres de ganas por conocer la visión del tema del que se trate, estás perdido: te puedes considerar adulto de hecho y de derecho.

Pero no es un paso imprescindible. Hay uno mucho más revelador. Un buen día, llegas cansado de trabajar, abres el frigorífico para preparar algo de comer y....te apetece comer ¡¡lentejas!! Te lamentas de no saber hacerlas y piensas en lo buenas que le salen a tu madre. Sí, quieres comer lentejas hechas por tu madre. Con la de veces que has puesto cara de asco cuando las veías en el plato. Inevitablemente, la madurez ha llegado a tu vida.


Yo he sido consciente de ello con las alcachofas. Me daban angustia con sólo verlas. Pero vi un documental sobre nutrición, en el que explicaban sus múltiples cualidades y efectos beneficiosos para nuestra salud. Y ahora me gustan. Una persona joven sin aspiraciones de madurez se come cualquier cosa con tal de que le guste su sabor; por el contrario, a una persona adulta le gusta cualquier sabor con tal de que le siente bien a su salud.

Ahora sí que sí, la racionalización de las ventajas de lo que comes puede incluso cambiar su sabor, de una forma algo inconsciente tu mente condiciona tu cuerpo para que te guste algo, reconduces tus gustos: Eres adulto. Bienvenido, y que te sea leve.