Hoy que tanta gente habla del sorteo de navidad por aquí y por allá, me he puesto a pensar en cuáles han sido los momentos del día que recuerdo como más felices o que mejor me han hecho sentir. Me ha llamado la atención la importancia del tacto en mi felicidad cotidiana, y por supuesto la poca significancia que se le suele dar a los detalles de los que más disfrutamos:
el calor de las sábanas en mi cama desperezándome tras sonar el despertador, la espuma del gel de caramelo sobre el agua en la bañera, el christmas de un amigo en el buzón cuando he llegado del trabajo, las estrellas y los lazos de colorines que he comprado en los chinos para los regalos de navidad, la llamada de mi sobrino pequeño para contarme las notas que ha sacado en el cole, una muestra de agua de kenzo que me ha conseguido una amiga en una perfumería porque sabe que es de mis favoritas, hundir la mano en la arena congelada de la playa al ir a recoger una piedra que había tirado a mi perro y el pobre no la encontraba... y todavía no son las seis de la tarde...
No hay comentarios:
Publicar un comentario