Sr. D. Carlos Bousoño
Altavista 88
San Ángel
D.F.
México D.F. 16 de enero de 1948
Apreciado amigo Bousoño:
Acabamos de hablar por teléfono, y aún guardo el calor de sus palabras tan simpáticas hacia quien es, al fin y al cabo, un completo desconocido para usted. Me apena que no podamos vernos en los próximos días por su viaje a Veracruz, precisamente el primer lugar de México que yo pisé en junio de 1939. Pero reitero lo que le dije en la conversación telefónica: si al volver tiene un rato libre y el deseo de que nos encontremos, llámeme por favor al mismo número y yo acudiré enseguida a donde usted me indique, no importa la hora que sea. Mientras espero esa llamada suya, le copio en esta tarjeta enviada para que la encuentre al regreso un verso de Vicente que él, además de escribirlo en un poema de La destrucción o el amor, decía a menudo y me dijo a mí la última vez que nos vimos, en Miraflores de la Sierra, el 12 de marzo de 1937. «Vivir, vivir, el sol cruje invisible». Pero yo no he vivido desde entonces más que en sombras, y el sol, si es que brilló, fue para mí tan invisible que ni le oí crujir.
Con el saludo cariñoso de
Andrés Acero
De El abrecartas, de Vicente Molina Foix