Hay personas que se ponen tensas o inquietas a la hora de tomar nuevas decisiones. Por el miedo a equivocarse, creo. Supongo que hasta hace poco yo también. Debe ser uno de los pocos miedos que he superado. Como a veces parece que ando de extremo a extremo, ahora incluso encuentro cierto placer en mis equivocaciones.
Y no recuerdo quién me dijo que un tropiezo evita una caída mayor. A fin de cuentas, abrir los ojos ante un camino equivocado te permite cambiar el rumbo.
Si estás acostumbrado durante mucho tiempo a un mismo camino, al principio puedes estar perdido, y cuesta volver a empezar. Pero también es una gozada tener toda la libertad para elegir un nuevo rumbo, aunque tal vez nunca se sea del todo libre... todo lo vivido ya forma parte de tí. O tal vez nada de esto tenga mucho sentido, todo es un mismo camino con distintos parajes.
¿Fue un poeta portugués el que dijo aquello de... "¿piedras en el camino? con ellas haré un castillo"?
Realmente todo es mucho más natural, sencillo, casual, y vital : se hace camino al andar. Si ya lo dijo Machado, pierdo el tiempo en repetirlo. Ahí lo canta Serrat:
En fin... borrada la última entrada y retomado el rumbo.
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