5 de junio de 2009

Teoría de juegos

Las ardillas se alimentan todo el año de las miles de bellotas que han ido recogiendo y escondiendo durante el otoño. Son tantas bellotas que de vez en cuando alguna ardilla espía a otra para saber dónde la esconde y robársela. Lo curioso es que a veces esa ardilla que espía es descubierta por la otra, y entonces la ardilla ladrona devuelve la bellota enterrándola en el mismo lugar en el que estaba, a modo de tregua.
¿Por qué?
Porque la otra ardilla a su vez espiaría a la primera para arrebatarle sus bellotas escondidas, y ambas malgastarían su esfuerzo en robar a la otra en lugar de aprovecharlo para sumar más bellotas, de manera que ninguna de las dos lograría la cantidad que necesitan para el resto del año.

Como no tengo una especial memoria, esa es la anécdota que se me quedó de la teoría de los juegos, de John Nash, más conocido por la peli Una mente maravillosa, que se puede aplicar a un montón de materias...
Y viene a considerar cual es la mejor opción de un jugador, teniendo en cuenta que el acierto de su decisión depende de las decisiones del resto de jugadores.
Si la ardilla ladrona no devuelve la bellota, la otra ardilla robará también una bellota y ambas perderán, habrán malgastado su energía sin sacar ningún beneficio.
Si ninguna de ellas robara, ambas ganarían puesto que dedicarían su esfuerzo a su propio beneficio.
Y sin embargo si una roba y la otra no se entera, es obvio que la primera gana y la segunda pierde.
Es decir, el resultado de una misma acción depende de la acción de los demás.Parece bastante lógico, y me ha sorprendido encontrar tantas teorías y discusiones al respecto.

http://es.wikipedia.org/wiki/Teor%C3%ADa_de_juegos

El dilema del prisionero es algo parecido a las ardillas pero con humanos. Dos tipos han sido detenidos como sospechosos de un delito, y la policía necesita su confesión para llevarlos a prisión. Si uno confiesa y el otro no, el confesor quedará libre y el cómplice será condenado a diez años. Si ninguno confiesa, recibirán la pena mínima de seis meses cada uno. Si ambos confiesan, recibirán una pena media de seis años.
¿Qué hacer?
Si busco mi mayor beneficio, lo que quiero es quedar libre. Luego debo confesar y esperar que el otro no lo haga, es decir, traicionarle y esperar que no me traicione a mí. Pero no puedo saber cuál ha sido su decisión. Sería lógico pensar que él también puede buscar su mayor beneficio. En ese caso habríamos confesado los dos, e iríamos a la cárcel seis años.
Lo más sensato no sería buscar el beneficio individual, sino el mayor beneficio común. Y por tanto me quedaría callado y no le traicionaría. Él tampoco. Ambos perderíamos seis meses de libertad.
Pero si previendo que yo me callaré, él confiesa, el se queda libre y yo en prisión diez años. ¿Confío en que él se quede callado?.....

En la vida real confesar y traicionar sería como mentir, y confiar sería ser sincero. Cuando todos somos sinceros, conseguimos el mayor beneficio. Si ambos mentimos, ambos nos perjudicamos. Y si uno miente y otro no, el mentiroso gana y el sincero pierde. Ese es el campo de juego. Y la única garantía para un buen resultado consiste en una buena relación de confianza entre los jugadores.

Este planteamiento cada vez puede ir siendo más enrevesado...... Está muy bien explicado en
http://es.wikipedia.org/wiki/Dilema_del_prisionero

Un juego tonto en http://www.gametheory.net/Mike/applets/PDilemma/PDilemma.html

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