12 de junio de 2010

Yo no mato el tiempo





No.
No hay que ir simplificando.
Lo dije hace un mes pero ya no me lo creo. No hay nada de malo en tener ideas contradictorias, te puede gustar una cosa y su contraria, se pueden buscar tesoros distintos. No me gustan los packs "todo en uno". No entiendo por qué la gente siempre tiene tanta prisa por encontrarlo todo, cuando lo natural es disfrutar de lo que cada cosa te ofrezca en su momento, con serenidad. La obsesión por encontrar resultados ha crecido tanto que ya todo parece definido previamente por el resultado que se vaya a obtener. Paso de simplificar una búsqueda, de reducir las cosas que hay a mi alrededor, de adaptarme a un modo de vida, de amoldarme a unas ideas...
Bastante tenemos con asumir un montón de obligaciones diarias...

Esta mañana haciendo limpieza en el trastero he encontrado una caja con cosas que tenía en mi cuarto en la casa donde vivía de niño, entre ellas había un pequeño ángel celeste hueco por dentro, con un agujero por detrás casi tan grande como su cabeza, para colgarlo en la pared. Dentro había un papel doblado no menos de diez veces hasta dejarlo del tamaño de una uña. De niño jugaba mucho a las pistas, escondía papeles donde escribía una pista sobre el lugar donde se encontraba escondida la pista siguiente, hasta encontrar el último papel donde escribía el mensaje final, cualquier chorradilla que se me ocurriera en ese momento...

El ángel que he encontrado esta mañana debió de ser el lugar que elegí para guardar una última pista, y al desdoblar el papel he leído con mi letra de diez años el mensaje que escondía: bic naranja escribe fino, bic cristal escribe normal.

No tiene ningún significado especial, seguro que incluso me reí más cuando lo escribí hace veinte años que cuando lo he leído hoy, pero la ausencia de significado me lo deja claro, lo importante no es conseguir la meta final, lo divertido es jugar.



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