22 de abril de 2011
Cosas terrenales
Mortal, para que puedas comprenderme,/ humanizo mis palabras adecuándolas a tu oído,/ haciendo comparaciones con cosas terrenales;/ pues de lo contrario mejor harías en escuchar al viento/ cuyo lenguaje es para ti un ruido estéril,/ aunque sople entre árboles cargados de leyendas....
Decía Julio Cortázar tras estos versos de John Keats que toda gran poesía nace de la soledad para habitar en las soledades que la eligen. En la poesía puede existir, según él, el contacto del ser indivicual con lo universal, pero no al revés. No hay un nosotros, somos él, tú, y yo. Puede sonar equivocado, cada cual tendrá su propia visión. Es cierto que habitar en tal o cual poesía es una elección que hacemos en soledad. Terminaba Cortázar preguntándose qué tenemos de común en ese acto que nos vierte hacia dentro, nos recorta, nos hace cada vez más NOSOTROS mismos.
Y esta noche ha llovido tanto que estoy pensando en lo que se parece la lluvia a la poesía, en lo que aprendemos vertiéndonos hacia dentro. Es algo común que nos afecta a cada uno. Es algo universal que nos toca en lo individual. Que me perdone Cortázar por pensar que estaba equivocado. Por mí ya puede volver a salir el sol.
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